Expresión corporal es uno de los términos más confusos en la actualidad. Lo que en un principio fue una técnica teatral, ha ido ampliando su radio de acción a campos tan distantes como puedan ser la psicología, la animación sociocultural, la danza moderna, la psicomotricidad, la educación física o la didáctica. Cuando se habla de expresión corporal, cualquiera que sea el contexto, se suele poner el énfasis fundamentalmente en la dimensión expresiva, pues al igual que la danza, la música, y las otras artes, la expresión corporal es una manera de exteriorizar estados anímicos.
La educación artística es un instrumento pedagógico que posibilita el desarrollo integral del ser humano, potenciando sus capacidades para la expresión creadora y la acción solidaria frente a su entorno. De manera específica, la expresión dramática incide en la mejora de las relaciones interpersonales, mejorando así, las habilidades gestuales, orales y corporales de los participantes.

La importancia del área de expresión dramática en la educación viene marcada por una serie de actividades de diferente índole, que fomentan, preparan y educan variados aspectos. El teatro, como el resto de las formas de expresión bien empleada, posee una serie de características pedagógicas que ofrece un eficaz instrumento de trabajo para su formación integral como persona, objetivo que es el principal en la etapa escolar.
El juego dramático sirve para conducir a los participantes en la búsqueda de recursos expresivos con los que exteriorizar (comunicar/expresar) su mundo interior. Ésta búsqueda de recursos de comunicación ayuda a poner de manifiesto todas las posibilidades expresivas verbales y no verbales del cuerpo humano y sirve para desarrollar la sensoriomotricidad y el sentido del ritmo, a través de la expresión corporal, ya que la utilización de la mímica gestual y corporal le ayuda a una mejor coordinación de los movimientos.